Como este viernes se quiere creer que es el fin del
mundo, me gustaría hablar de tres películas que de una u otra manera abordan el
tema. Melancholia
de Von Trier, Another Earth de Mike Cahill y Seeking a friend for the end of
the World de Lorene Scafaria. Sé
que Another Earth no es propiamente sobre el fin del mundo, pero se asemeja en
mucho a la aproximación que Von Trier hace en Melancholia, por eso las quiero
tratar juntas.
Me
gusta el cine de Von Trier, Dogville me pareció genial cuando la vi, por eso
tenía muchas expectativas sobre Melancholia. No esperaba algo holliwoodesco
porque sé que Von Trier no es así, esperaba una perspectiva nueva sobre el fin
del mundo, una perspectiva que nos daría la sensibilidad del creador danés. En lugar
de eso me encontré con una secuencia lentísima en que vemos moverse apenas a
Kirsten Dunst mientras de fondo se escucha el preludio de Tristán e Isolda de
Wagner, combinado con rayos violetas y lo que parece ser el fin del mundo por
el choque con otro planeta. Esta escena que se prolonga por diez minutos cede
su lugar a la primera de las dos partes en que se divide la película que se
llama Justine, como el personaje de
Dunst y que narra como es el día de la boda de esta y como decide, luego de la
fiesta elegantísima en el castillo de su hermana tirar todo por la borda y que
eso del matrimonio no es para ella. La segunda parte se llama Claire y se centra en la hermana de
Justine; la hermana es interpretada por Charlotte Rampling quien está casada con
Kieffer Sutherland y debe afrontar que el mundo se va a acabar, que su
hermanita está deprimida y los hizo gastar dinerales en una boda que no se
concretó. Un drama que no termina de cuajar, mientras se aproxima a la tierra
el planeta Melancholia. Un drama burgués en el mejor de los casos, que no es lo
que espera uno ver en una película de Von Trier. La sensación es siempre que a
los personajes algo les falta, y no en el buen sentido, es decir que de su carencia
sea que sean personajes, sino que les falta algo para que terminen de cuajar
como personajes, son chatos, torpes. Von Trier bien pudo escoger a Kristen
Stewart para el personaje de Justine, dado el rango de emociones que le exigió
a su actriz protagónica.
Si Melancholia
es un drama sobre el fin del mundo en el que no hay drama, Another Earth ni
siquiera se atreve a plantearse un fin del mundo. La otra tierra que comienza a
acercarse es una imagen que apenas aparece en el cielo y que bien puede ser de
serie B, dado la complejidad de los efectos especiales para que esa otra tierra
apareciera. La protagonista es Rhoda Williams, interpretada por Brit Marling,
quien el día que descubrieron la otra tierra chocó y causó la muerte de una
mujer y un niño, por eso fue a la cárcel y perdió la oportunidad de seguir su
exitosa carrera académica. Conoce hombre a quien dejó viudo y comienza a
visitarlo, diciéndole que es de una empresa de limpieza, se enamora de él y
logra irlo sacando de su ensimismamiento. Entretanto se ganó un boleto para ir
a la nueva tierra. El drama, que debería ser mucho, se queda chato y no avanza,
el director trata de transmitirlo con escenas trilladas como la del viudo
llorando entre la basura de su casa que no ha limpiado, pero el guion carece de
fuerza y los personajes se dibujan con líneas demasiado burdas, demasiado
gruesas. Además de los actores que poco expresan. Se tiene por producto final
una película que carece de tensión, a pesar de que aborda episodios dramáticos
para sus personajes, el desarrollo parece el de una telenovela mexicana, Cahill
también es el guionista. Película tibia
en la que todo está por pasar, en la cual lo que pasa pasa sin el menor chiste.
Seeking
for a friend for the end of the World fue dirigida por una mujer y estrenada
este 2012, a diferencia de Melancholia y Another Earth que son del 2011. Esta película
no es un drama ni busca serlo, es una comedia romántica, pero a pesar de lo que
ello implica supera con creces las deficiencias de ese género. El protagonista
es Dodge, interpretado por Steve Carrell, a quien su esposa abandona el día en
que se sabe la fecha y la hora del impacto de un asteroide que acabará con
todo, unas cuantas semanas les quedan de vida a todos. Lorene Scarafia, tanto
con su guión como con su dirección, consigue transmitir la sensación que como
sociedad tendríamos si el fin del mundo estuviese a la vuelta de la esquina y supiéramos
todos que nadie sobrevivirá. La sociedad comienza a descomponerse, en ese
ambiente Dodge vendedor de seguros y abandonado por su esposa conoce a su
vecina Penny a quien ayuda a escapar de la ciudad cuando los disturbios se
propagan, juntos viajan, primero a casa del primer amor de Dodge y después a la
casa del padre de él, mientras conocen
personajes variopintos que intentan bien sea morir antes del fin definitivo o
que esperan con entrenamiento militar sobrevivir el impactor. En ese viaje
Dodge y Penny se enamoran y bla bla bla, pero Scarafia consigue ambientar el valemadrismo
que todos experimentaríamos si el fin del mundo fuese a ocurrir en unos días,
la sociedad, sin trabas.
Las tres
películas coinciden en que sus directores fueron sus guionistas, las dos de
2011 fueron hechas por hombres y el tipo de drama que manejaron con un
personaje femenino como protagonista se quedo chato, inverosímil en ese espacio
que intentan mostrar, algo les falta para que les creamos. Mientras que
Scarafia se va más por el lado del humor, y muestra suicidios, turbamultas que
toman la ciudad, carreteras despobladas, personas que se niegan a creer que
todo acabo y se mantienen aferradas a sus rutinas, el sinsentido de la vida de
todos los días mostrado por el fin definitivo, y el amor como una respuesta,
como una forma tímida de dar sentido a la existencia, aunque todo esté por
acabarse.