domingo, 1 de septiembre de 2013

El centro de la ciudad, vivo.

Anoche caminé por las calles del centro de esta ciudad que normalmente tiene un tufo aciago. La gente estaba feliz, mucho tenía que ver el hecho de que se pudiese beber alcohol en la vía pública. Había conciertos y exposiciones. Fue grato descubrir que la sociedad chihuahuense aún tiene la posibilidad de recomponer su tejido.
            El centro, que luego de tanta obra pública ha sido muy afectado —no sólo por la violencia de todos los días, sino por las labores y las obras públicas en sí— ha quedado un tanto cuanto intransitable. Sin embargo, este lapsus, este respiro que se le ha dado nos permite reencontrarnos con el corazón de la ciudad, ver que aún late.

            A pesar de la violencia —sin ir  más lejos, hace unos minutos mataron a un hombre en el paso a desnivel de la av. Independencia—, y de los conflictos que hemos padecido en Chihuahua (la ineficiente aplicación de un nuevo sistema de transporte público, proyectos urbanos mal aplicados, etc.) fue grato ver vivo el centro, como pocas veces se había visto desde hacía años. Esperemos que esto sea un paso en el camino de recomposición social que tanto necesita esta ciudad.

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